lunes, 29 de octubre de 2007
Un 8,5
Dócil pero genial fue la entrevista que la semana pasada hice a Luis Rojas Marcos, un psiquiatra bastante importante que lleva desde los 24 años en Nueva York como Jefe de Todo (así resumo rápido su currículum). Cuando le pregunté cuál creía que era la "salud mental" de los vascos, en comparación con la de los estadounidenses, me dijo que todos somos felices. La única diferencia es que en Europa está mal visto decirlo ante los demás, porque el mundo en general es terriblemente injusto, mientras que los yanquis lo dicen alto y claro, porque es un país joven que aún moja la cama con el sueño americano. Ellos se ponen un 8 ó un 9 de felicidad, en público y en privado. Nosotros, se supone, nos ponemos un 7 ó un 8 y pico en privado, y un 5 en público. ¿Será verdad?
domingo, 23 de septiembre de 2007
Cambios

Hoy mi madre me ha contado que Tina, mi perra (sí, se lo puse yo; tenía 10 años), está sorda. Que la llamas y no te oye, ladran los perros y no se entera. Me imagino que ya sólo se guía por el olfato: huele bien, comida; huele mal, mierda; huele a mi padre, es que llega; huele a mí, es que ya he regresado.
Cuando vuelva a Bilbao, viviré otra vez con mis padres. Aún no sé muy bien qué significa, si nos acomodaremos (ellos a mí y yo a ellos) mejor que cuando me fui con una maleta, el horario de la uni y aquel pintalabios que os contaba (el de los 16-17 años) en el bolso. Quizá nos saturemos, o quizá nos llevemos mejor que nunca. Mi madre ya lleva maquinando unos cuantos días: iremos a tomar cafés como antes, iremos juntas al cine como antes, nos dormiremos un rato después de comer, delante de la tele. Como antes. ¿Como antes?
Cuando vuelva a casa, Tina se me tirará encima, como antes, sólo que más sorda y más vieja. Han pasado cuatro años y las cosas tienen que haber cambiado, o el tiempo no existiría. Pero algunas cosas permanecen y, si se van, es posible que nos desesperáramos. A mí si me quitan el Pizza Hut que tengo debajo de casa, me tiraría por la ventana. Y no porque sea clienta habitual; eso es secundario.
Ayer entré en el Consumer de antes: lo han convertido en una especie de centro comercial en el que me sentí desorientada. Sorda. Y me di cuenta de que los cambios no me gustan casi nada. Hasta que me acostumbro a ellos.
domingo, 16 de septiembre de 2007
B

martes, 14 de agosto de 2007
Yone Minagawa

¿Qué hizo a lo largo de 114 años? Esta abuelita entrañable de ojos rasgados entre arruga y arruga se quedó viuda de joven y se puso a trabajar vendiendo flores y verduras en un pueblo minero. Tuvo cinco hijos, siete nietos, doce bisnietos y dos tataranietos.
En la foto parece feliz. Se la hicieron el mes pasado, cuando le dieron el certificado de que aparece en el libro Guiness de los Récords. Entre tanto ramo de flores saca la cabecita de la cama y sonríe.
martes, 31 de julio de 2007
Pantallaconpatas
Creo que es un castigo por algo que no llego a entender. ¿Les mola el sado?
miércoles, 25 de julio de 2007
Pesadilla antes de septiembre I

Tengo los pies troceados en veinte cachitos a cada lado del portátil y mi cuerpo está pidiendo coger forma de sofá. Creo que nunca he andado tanto como hoy. Por la mañana, buscando gente que leyera por la calle (nadie lee, o nadie lee por la calle; espero que lo segundo); luego, para ir a comer; para ir al diario; para volver; para buscar historias que no han salido; para hablar con gente que no me quería hablar; para buscar accidentes de coche de los que sólo quedaba un tapacubos roto y cristales en el suelo.
¿Existe eso de perder el tiempo o es sólo una sensación? Un amigo mío decía que dormía poco porque dormir es perder el tiempo. Pero cuando dormimos, soñamos, y a veces nos acordamos. Yo cada vez me acuerdo menos, o sueño menos, y me parece terrible. Antes soñaba todas las noches. O me acordaba todas las mañanas. Unas historias geniales que siempre contaba a mi madre en el desayuno o a quien pillara por el piso después. Igual, como estoy sola en casa, mi cerebro no sueña. ¡Para qué -pensará-, si ésta no se lo va a contar a nadie cuando se levante!
He perdido tiempo de trabajo y de paciencia. He ganado tiempo para cabrearme, quemarme la piel y trocearme los pies. Y para conocerme cincuenta mil nuevas calles de Pamplona. De todo se aprende.
lunes, 25 de junio de 2007
Después de un punto y seguido
Estoy en Bilbao. No me cansaré de rallaros con lo precioso que es y, sobre todo, con lo bien que huele. Huele a sal y a olas, y la gente come pintxos a cualquier hora del día en las terrazas, grita en los bares, bebe txikito tras txikito junto a las barras, cena fuera de casa si nada o nadie lo impide, habla de política, se cabrea y se despide con una palmada en la espalda, lleva "El Correo" bajo el brazo como quien lleva la cartera en el bolsillo (como esa que me han birlado felizmente, desvirgando mi facultad de Persona Nunca Robada). En Bilbao, y en Getxo, hay bollos de mantequilla, una cafetería enana de nombre oficial "Ondartza", aunque la llamamos "El Hueco" porque es un agujerito desconocido donde esconderse del mundo. Las calles y los restaurantes están llenos como si siempre fuera el primer día de vacaciones, las cuadrillas de chavales-botellón se arremolinan junto a las paradas de metro, sentadas en el suelo y prometiendo una noche larga.
El del kiosko, que no se acaba de acostumbrar a mí (aparezco y desaparezco, le compraba el "Deia", luego "El Mundo" y ahora según me dé), me ha preguntado qué tal en Pamplona. Y le he querido decir que en Pamplona hay garrotes y bocatas de pechuga, tomate y mayonesa; un bar en el que te sirven tubos a lo Nacho Vidal; otro muy osasunero que me ha surtido de tabaco como nadie lo ha hecho en la vida. Que hay un diván de la puta y el galán para botar (que no potar) hasta el infinito; que hay cenas mexicanas a domicilio, y una terraza en la que a veces aparece el hombre-batidora. Que en Pamplona, le he querido decir, he hecho las chorradas más grandes de mi vida, y las más divertidas; que me han dado los abrazos más grandes del mundo. Que he visto fabricar urnas; que he conocido la cultura agote; que me he encerrado durante días y noches con un puñado de gente enferma y genial (y las dos cosas son buenas) para hacer cosas ilusionantes; que he esperado durante horas en mi terraza a ver salir a la mujer de las doce, en paños muy muy menores (tan menores que no existen); que me han hecho adicta al tinto (de botella); que he vivido mis alegrías y mis penas -y las suyas- con cuatro personitas que ahora se me escapan pero que me han hecho sonreír sin parar durante los mejores cuatro años de mi vida. Que he conocido a gente intachable con la que he hablado, peleado, reído hasta que me dolieron las tripas y viajado a otros continentes, véase Túnez o el mismísimo Alberite. Que me he tomado los mejores cafés de mi vida, con la mejor gente de mi vida.
Pero no me ha dado tiempo a decirle todo eso. Una señora con un perro naranja ha metido su brazo en medio de nuestra conversación para agarrar un "Hola", que para eso hoy es lunes. Así que le he dicho: "En Pamplona... muy bien". Y me he marchado para "volcar" aquí esa conversación ficiticia. Ya lo sabías todos, pero quería escribirlo, aunque no sé si se puede decir que en internet las palabras escirtas permanecen. Si al menos siguen en nuestras cabezas, me conformo. Bilbao es Bilbao, pero Pamplona es vosotros.
Os quiero mucho, chicos. Gracias por estos años.
miércoles, 16 de mayo de 2007
Ver lo invisible
Han descubierto un anillo de materia oscura que prueba la existencia de esta sustancia invisible. O eso dicen los científicos de la NASA.
Elpaís.com en su noticia deja la mejor imagen para el final, ese callejón de salida al que sólo llegas cuando el resto del artículo está tan bien que incluso la última palabra merece la pena, o cuando te entra una sed enorme de absorber otros mundos:
El anillo del cual los astrónomos han dado cuenta hoy se formó cuando dos gigantescos grupos de galaxias chocaron hace unos mil a dos mil millones de años. "La colisión de los dos grumos galácticos creó una onda de materia oscura que dejó huellas muy claras en las formas de las galaxias más distantes", ha explicado Jee. "Es como mirar a los cantos rodados en el fondo de un estanque cuando hay olitas en la superficie".
domingo, 13 de mayo de 2007
feliz cero-cumpleaños
Es una persona sutil y no le agrada llevarse a la gente por delante. Casi siempre prefiere ser agradable y positivo, aunque es bastante terco.
A las cinco y media de la madrugada ha sonido el "pi pi" de los mensajes del móvil. Medio dormida, medio soñando, lo he cogido y he leído que hacía quince minutos había nacido alguien muy importante, mi segundo sobrino. En ese momento, derrotada por el cansancio, he pensado que estaba dormida y me he vuelto a meter en un sueño del que no había terminado de salir. Y mi cerebro me ha llevado a un viaje entre bebés y biberones.
A las siete me he despertado de un susto. He vuelto a mirar el móvil y no, ¡no lo había soñado!
Se llama Juan y, según la foto que mi hermano me ha enviado, es delgadito y tiene la cabeza chiquitina y cubierta de una pelusa de color moreno. El color de sus ojos lo descubro dentro de dos horas.
A ver si las de mi piso, que no hacen más que dormir, se despiertan antes de que me vaya, que un blog es bonito, pero en "Opciones" no encuentro ninguna que sea "dar un abrazo". Hummm.
P.D.: Sutil, positivo, cabezota. Es lo que dicen "los astros" de un tauro que nazca hoy. No me creo casi nada del rollo rappel, pero, por sus genes, yo diría que es bastante posible que estos rasgos le definan. ¡A mí me gustan!
miércoles, 9 de mayo de 2007
Jabón para el dolor
11.30 h.
He salido de casa a las once de la mañana, y a las once y media estaba mintiendo como un cosaco. (A veces miento a medias). Él sabía que yo mentía y que yo sabía que él se daba cuenta. Hemos hecho como si nada.
13.00 h.
Un par de llamadas al móvil me han espetado: "Y tú, ¿qué quieres hacer en el futuro?". Clic.
18.45 h.
Un tirillas, estudiante de Derecho, me ha asegurado que "indudablemente, Franco sólo quería el bien de la patria [él lo ha dicho con 'P' mayúscula, pero yo lo adapto] y de los [que no 'sus'] españoles".
19.55 h.
Otra llamada al móvil me ha quitado un pedacito de ilusión.
20.10 h.
Al subir a mi piso en el ascensor, un libro de 478 páginas se me ha caído sobre la pierna derecha (reinvento a Murphy: los objetos que caen caen sobre las heridas), y mi rodilla me ha denunciado por maltrato. Invertiré mis ahorros en más vendas.
20.11 h.
Llego a casa, entro en mi habitación y encuentro sobre mi portátil viejo, negro, sucio y aburrido, un trocito rectangular de jabón verde pistacho que le ha sobrado a Manuela de su maqueta. (Hace los edificios con jabón, es genial). Lo ha colocado ahí porque intuye que es lo primero que miro cuando llego a mi cuarto, y acierta. Lo ha colocado ahí mientras yo estaba fuera, metida en una cárcel de aventuras absurdas.
Y, aunque parezca una gilipollez, mi día ha recobrado el sentido.
miércoles, 2 de mayo de 2007
lunes, 16 de abril de 2007
viernes, 30 de marzo de 2007
viernes, 16 de marzo de 2007
Yo buceo, tú buceas
Es muy gracioso porque unos aseguran, como la propia TVE, que es estrictamente "por enfermedad" (Quintero incluso ha presentado un certificado médico). Otros hablan de la censura de la entrevista a José María García y de otra que hubo y de la que no estaba enterada antes de este buceo cotilla: para el estreno de esta temporada, el Loco entrevistó al ultraderechista Ricardo Sáenz de Ynestrillas, y TVE decidió no emitirla, aunque se supone que guardaría la grabación con cariño y amor en su nevera para una futura emisión. (Hasta hoy).
TVE tiene la nevera tan llena que ya no enfría. Y Quintero me está decepcionando. Si se va por lo de García, que tiene toda la pinta, ¿por qué no lo dice? Supongo que no quiere descartar futuros trabajos para la pública; tanto silencio no lo aguanta Antena 3 ni sus amigas las televisiones high quality.
En su página web (sí, llego hasta este punto) pone: "Jesús Quintero. Todos los martes a partir de las 22,00 hrs en La Primera de TVE". Así se llama la productora. "El Silencio".
jueves, 15 de marzo de 2007
Marque con una cruz
- soñadores que no tienen los pies en la tierra
- quienes hunden tanto los pies en la tierra que no son capaces de soñar
- enfadados con el mundo
- ennoviados con el mundo
- pasivos enfermos
- activos histéricos
- otros
Supongo que clasificar la vida también es un tipo de desequilibrio; supongo también que las encuestas me están afectando demasiado (demasiada gente me quiere muerta); supongo además que algunos podéis pertenecer a alguno de estos extremos; y sé que yo también.
Mi respuesta: 2; 3 y a veces 4; y, depende de para qué, 5 ó 6. A menos que me digáis lo contrario. ¿Las vuestras?
P.D.: Hipolipo, tus palabras son órdenes (no confundir con el rollo sadomaso). Bronca que me echas, entrada que actualizo.
viernes, 2 de marzo de 2007
De mayor también quiero discutir
-Eso supone pensar que todos somos buenos, y somos más malos que arrancados.
-No funciona, no funciona.
-Pues yo te digo que sí, chico. Mejor que esto...
Discutían sobre el comunismo.
La primera vez que oí hablar de él tendría unos diez años. Mi enciclopedia multimedia no era entonces una web, sino mi madre, que siempre ha tenido una impresionante capacidad para integrar rostros, sonidos, imágenes, olores e historias en cada frase que dice. "Es compartir todos todo. El pan, la casa, el trabajo... Que no haya diferencias entre la gente". Algo así me dijo. Después -supongo que transcurridos unos años- lo hablé con mis amigos del colegio, y la conversación se parecía bastante a la de esos señores en la esquina de la iglesia.
Me encanta que haya temas que nunca se acaben.